viernes, 15 de octubre de 2010

"Un poeta, amigos míos, es un hombre como vosotros"

El poeta canario José Mª Millares Sall, que falleció en septiembre de 2009, ha sido el ganador, el pasado día 5 de octubre, del Premio Nacional de Poesía por su libro "Cuadernos 2000-2009".
El poemario contiene una selección de los poemas que fue escribiendo en sus últimos años de vida.
"Debajo
de la piedra hay un reloj
y agujas que caminan y el rodar del agua bajo tierra
y encima de esa nube el tiempo
y tras del pájaro que vuela
otra piedra lanzada tras el reloj que escapa
y tras de todos esa sombra
que huye y el silencio y más allá de su luz
ese animal sin ojos
que aún
nos llama."
     
    Nacido en la isla de Gran Canaria en 1921, en una familia de artistas e intelectuales, vivió durante su adolescencia y juventud la Guerra Civil y la dura posguerra que obligó a su padre, catedrático de enseñanza media, a desterrarse a la isla de Lanzarote.
Su primer poemario, "A los cuatro vientos", se publica en 1946. Dos años más tarde, en 1948 funda, con sus hermanos Juan y José Mª, poeta uno y pintor el otro, la colección "Planas de Poesía" en la que publicará "Liverpool" y "Manifestación de la Paz". La colección será finalmente suspendida por orden del gobierno franquista, viéndose el poeta procesado y encarcelado.
Entre 1952 y 1960, después de contraer matrimonio, residirá en Madrid donde estará en contacto con Gabriel Celaya  o José Hierro entre otros de los escritories españoles del momento. 
En 1970, después de 10 años de silencio poético, retoma su actividad poética hasta la fecha de su muerte.
Con más de 20 libros publicados, José Mª Millares Sall ha sido un poeta desconocido para la gran mayoría de los lectores, desconocimiento que quizás el Premio Nacional de Poesía recibido a título póstumo pueda, con justicia, remediar.

LIVERPOOL
Sobre vuestros curtidos rostros de paloma endurecida,
sobre vuestras sonrisas de sal y vino agrio, ya sobre los duros cristales de la niebla,
está mi alma, están mis ojos, amigos,
y sobre el último dolor de la tierra,
y sobre el último dolor de mis manos, tanteando el duro cemento de una puerta vacía,
y sobre la última agonía de las aguas está flotando mi corazón, señores, mi corazón.
Por favor, abridme paso, dejadme cruzar este túnel de plomo,
que quiero ser el primero en llegar con mi sangre a los muelles de Liverpool.
Amigos, vosotros que os perfiláis como aletas de pescado
sobre las últimas esquinas de los buques;
vosotros que de cada rincón saltáis de una bodega a otra
como sapos de azufre ardiendo, como tristes pezuñas de lagarto,
para husmear el rojo carbón de las calderas,
para darle vida al hierro como al alba le dais su fruto,
para darle aliento al agua que se aleja para siempre de la tierra,
del polvo que tanto amáis tras unos ojos,
decidme que puedo soñar en vuestros rostros de ceniza
y en vuestras sucias calles de alquitrán, y en vuestros hogares de nata corrompida,
y echar la raíz de mi sangre como un ancla sobre vuestras jurisdicciones marítimas,
porque además de ser un hombre como vosotros, soy un poeta,
y un poeta es un corazón más sobre la niebla del mundo.
Por favor, abridme paso, que quiero ser el primero en saludar con mi sangre vuestras sonrisas de azufre,
vuestras mujeres de estopa. Por favor, abridme paso.
(De Liverpool, 1949)


El jurado ha destacado "la extraordinaria modernidad" de su poesía "que mantiene hoy absolutamente su vigor y su primacia como poesía innovadora".

"Escribo para una generación que aún  no ha nacido, y para otros, contemporáneos, que todavía tendrán que aprender a leer"


Este mes de octubre, ha traído también otro premio poético y otra poeta a nuestro blog de la Biblioteca. 
Se trata del VII Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca y de la malagueña María Victoria Atencia que ha recibido el premio al que optaban más de 36 candidaturas.
Mª Victoria Atencia ha publicado un buen número de libros de poemas desde 1961, entre los que destacan "Marta & María", "El coleccionista", "De la llama en que arde, "Las contemplaciones" que fue Premio Nacional de la Crítica y "El hueco"

La casa
Su natural tendencia a deshacerse se agrava cada noche:
aparadores, mantas, armarios se dislocan.
A veces me desvelo en la cruz de la araucaria
con la mano acogiendo una ardilla incisiva.
Vendrán la aurora y, luego, el mar perseverantemente roto,
y yo con él. Está ya todo a punto: la casa se deshace
Se me erizan escamas. La resina. La crema limpiadora.
La araucaria. La ardilla. Mi sueño insoportable.

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